Una vez más, la luna llena acompañó su metamorfosis. Su cuerpo se transformó lentamente. Una vez más la profecía de su padre se cumplió.
Sintió que le crecían alas con plumas, su boca era un pico, su cuerpo se achicaba y comenzaba a volar...
Esa sensación de volar por los cielos era maravillosa...Podía observar el Mundo desde arriba, y sentirse Dios. Reírse de todos y de cada uno que se burló de él cuando no podía enfrenterse ante esos monstruos llamados humanos.
Se acordó de su padre, quién más de una vez le dijo que tenía el cerebro de un pájaro, cuando le proponía asociarse a sus negocios sucios e infectados de artificios astutos. Ahora que es un pájaro no le teme a la vida...se siente feliz...
El despertador sonó como siempre a las siete. Un nuevo día laboral comenzó.
A las siete y diez minutos el teléfono irrumpió la calma de la mañana.
_ Sí papá, seré puntual, no te preocupes. Ya me levanté...
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