Soy el príncipe de Calé. Me han presentado algunas chicas de la nobleza, pero son demasiado formales y aburridas para mis gustos especiales.
Me divierto tanto con Cienta, nos bailamos todo. Reguetòn, pop, rock, salsa y cumbia. El problema es que se tiene que ir temprano, justo cuando empieza lo mejor de la noche. Pero siempre antes de irse hacemos el amor. En algún recoveco del baño, y en su apuro, o me deja su bombachita de recuerdo, o algún zapato.
Para que no se percaten la falta de sus prendas; me envía a su hermana menor Caperuza por casa. Ella vende unas hermosas manzanas rojas y haciendo el intercambio, le devuelvo las prendas que escondo debajo en su canasta. Se me despierta el lobo feroz cuando la veo, la hago pasar atacándola, y degusto tan tierno manjar. De paso me deja algunos panfletos del P.C. A esta Chica le encanta todo lo que sea rojo.
Y que decirles de mi amiga Nieves, comparte un departamento con siete enanos. Son todos tan divertidos, se arman unas fiestitas espectaculares. En dónde vale todo. La pasamos bomba, y yo me que prendo en cualquiera. Imagínense con la fama que tienen los enanos, pura lujuria. A mi me gusta todo, no discrimino nada, ni a nadie…
Quieren que me case y forme una familia, no tengo apuro. Quiero vivir y divertirme, soy joven, lo único que me pesa es el título que he heredado. Por lo demás la paso bárbaro, voy para todos lados, y el casamiento está muy lejano.
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