Soy un libro. No crean, como dicen algunas personas de ellas mismas, que soy un libro abierto. No. Soy un libro en el mas estricto sentido de la palabra y muchas horas de mi vida las he pasado cerrado. Esperando. Amagues hay. Claro. Vienen me soplan, me acarician el lomo, abren despacito las tapas y me ven por dentro. ¿Y qué puedo tener? Palabras, oraciones, que esperan soy un libro. ¿Saben lo humillante que es que te miren de adelante, de atrás, al medio para después devolverte al mismo rincón lleno de polvo? ¿Qué hago con mis ilusiones, mis fantasías? Quiero que me adopten, luego que me regalen, al tiempo que me presten, después que me pierdan, seguido que me encuentren y entonces nuevamente me adopten, hasta que en mis hojas amarillas medio descoladas solo queden signos ilegibles gastados por las miles de lagrimas derramadas, por el paso del tiempo.
2 comentarios:
Precioso Aida, supongo que ese el deseo de todo libro.
Un besito
ese es su proposito de ser gamyr, gracias
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