Pese a su asombro, Celia lo levantó en brazos, le cantó las nanas que recordaba haber oído de su madre, y amamantó al botón. Cada vez que lo miraba crecía su orgullo por haber dado a luz a tal preciosura. El botón le alegraba el día y atenuaba su soledad. Lo cuidó mucho y llegó a enamorarse de él. Lo quería tanto que temía perderlo de vista. Este pensamiento la atormentaba y decició que estaría por siempre con ella, por tanto, lo cosió a su vestido.
Al día siguiente Celia dio a luz a una preciosa lámpara...
2 comentarios:
Imaginativo y con gracia. Me gustó y divirtió.
Original, entretenido. Muy bueno
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