(la consigna, un relato cuyos personajes hagan recordar a los famosos cronopios y famas del gran Julio Cortazar)
“Los afanos”
Cuéntase que una vez, un grupo de personajes “non sanctos” se establecieron en el sur de “Argenta”, lugar llamado “Patagón”. “Argenta”, país alicaído como el que más, los recibió y allí sentaron sus bases y realizaron toda suerte de bocanadas. Se autodenominaron “los afanos”; cada día, por las calles, exhibían sus habilidades; ora arlequines, ora payasos, saltimbanquis y otros. Los ciudadanos pasaban penurias y les tiraban unas pocas rupias. Pensaban que debían obtener más dinero. Se les presento la ocasión, cuando leyeron un anuncio: “Voluntarios para el gobierno; se les informara el trabajo a realizar. Presentarse en: Intel 400.” Presurosos fueron hacia allá y al día siguiente comenzaron su tarea. Se mezclaron entre los aldeanos, paisanos y escucharon las quejas, lamentos e improperios hacia el gobierno. Al fin de cada día, se presentaban en la repartición correspondiente y buchoneaban todo lo oído.
Así, lograron aumentar sus ganancias y vivir principescamente. Un buen día, para los ciudadanos, éstos desaparecieron.
“Los donosos”
“Los donosos” ubicados en “Argenta”, en un poblado cercano a la ciudad, trabajaban y vivían para brindar buena ventura a niños, ancianos y discapacitados; lo hacían con humildad, discretamente y sin esperar beneficio alguno. Les bastaba con ver la felicidad de su gente. Cabe agregar que cuando “los donosos” supieron de sus primos “los afanos”, íntimamente rechazaron la mala jugada de los genes. Al instante les enviaron un “alimel”, correo cifrado, y decía así:
“Afanos”, cofre de Pandora ¡Raíz de todos los males!
¡No finjan más! ¡Ya os conocen!
¡Fuera!
Stop.
1 comentario:
Para mi es -si no el mejor- uno de los más logrados ejercicios sobre "Famas" y "Cronopios". Está bueno realmente.
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