Esta es la historia de Juanito, un niño como cualquier otro. El color de su piel es el mismo que el de los demás (verde), tiene la misma cantidad ojos, orejas (tres) que los otros niños, posee un par de alas de pelusón rosa brillante y vive en Circinus Keloris como todos. Sus padres, viajeros del tiempo, le trajeron un regalo fabuloso. Una gran bola brillante de cristal. Dentro se veía flotar un pequeño espejo cuadrado en un mar viscoso de líquido dorado. ¿Ves? Le dijo el papá, ese espejo es para aprender a mirar y a concebir el mundo con tu imaginación. Y él, Juanito," imaginó". Se vio de otro color, con menos ojos, con solamente dos orejas, un par de piernas para caminar, viviendo en otro lugar, un planeta, un planeta azul que gira alrededor de otro planeta, ardiente, rojo. Reconoció a Juanito, el otro Juanito, el del otro planeta, sentado frente a una bola de cristal, mirándolo, mirándose, con innegable curiosidad, desde un espejo cuadrado inmerso en un mar viscoso de líquido dorado, probándolo, probándose… y en eso anda Juanito, probando formas de mirar y concebir el mundo.
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