Cuando entró el Director,todos los alumnos de la clase, se pusieron de pie. Su sola presencia, infundía terror...
El Sr. Heredia, era una persona de unos cincuenta años de edad.Parecìa reflexiva y calmada.Pero sus ojos brillaban con un matiz especial, al que nadie se animaba a mirar.Su boca tenìa una constante sonrisa cínica y perruna, despreciable.
Sus cabellos eran blancos, siempre se peinaba con gomina y no permitìa que un solo pelo, no esté en su lugar.
Tenía una nariz alargada y un mentón fuerte. Su estatura, el tamaño de sus manos,su cabeza,siempre erguida,trasmitían una sensación de poder y de dominio.Todos temían hablar con él,tampoco los maestrs lo hacían...Había algo en su tono de voz,al que tanto niños como adultos,le huían...
Era muy pulcro en su forma de vestir. A pesar de que su ropa era un poco anticuada, no dejaba de lado ni un mìnimo detalle, como ser un pañuelo de color en el bolsillo pequeño de su blazer, una camisa blanca inmaculada o una corbata haciendo tono. Usaba zapatos de charol negro, en los que seguro se podía espejar...
Se comentaba por allí, que habìa enviudado hacìa ya un año.Pero lo que sí era seguro, que tenía cinco hijos, y que su suegra los criaba y educaba.
Las malas lenguas, comenzaron a decir: "hace en la escuela, lo que su suegra no le permite hacer en casa"...¿Sería verdad?...Quizás... ¿Sería esa la razón por la cuel castigaba a los alumnos por llegar tarde a clase, o a los que los maestros, que no podìan lidiar con sus conductas traviesas, los mandaban a la "dirección?...
El que podía zafarse de ese castigo, lo haría convenciendo a su maestro, que esa sería la última vez de cometer una travesura como esa...Y todo, porque los que cayeron en su despacho, llegaron a darle el apodo de "Inquisidor" o "Torquemada". Era sabido, que jamás escuchaba a nadie.El se deleitaba, oyendo el ruido de los latigazos que azotaba sobre los pequeños cuerpecitos inocentes de los niños, haciendo oídos sordos a sus llantos y ruegos... Más de una vez, llegaron padres de alumnos a quejarse de su comportamiento atroz.Pero para cada uno, tenìa preparada una respuesta, que los dejaba atónitos y boquiabiertos, sin poder reaccionar siquiera... Hasta que un día llegó a sus manos el hijo del comisario...
Al día siguiente, entraron dos policìas acompañados por el mismísimo comisario. Nadie sabe exactamente qué sucedió en su cuarto...Pero...algo cambió...Al Sr. Heredia casi no se lo veía...Entraba a la mañana a su despacho, y no salía hasta bien tarde...Cada uno contaba algo distinto.
La verdad nunca se supo...
(la consigna, escribir un relato aplicando la descripción directa del protagonista)
(la consigna, escribir un relato aplicando la descripción directa del protagonista)
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