En la ciudad de Tanzania, al norte del país, se festejó la fiesta de la independencia con bombos y platillos. Todos estuvieron presentes, los fanfas, los comunes, incluso las espléndidas llegaron a la fiesta. Todos querían salir en los sociables de la revista "Ecos", e incluso los más privilegiados salieron fotografiados. Los fanfas llegaron en sus autos último modelo, de riguroso traje y corbata, los comunes vinieron en colectivos, con ropa prestada y bastante gastadita, un poco llamativa. Los fanfas comieron unos bocaditos y bebieron mucho alcohol, los comunes se devoraron los sándwiches de milanesas con gaseosas. Las espléndidas andaban por ahí, medio desapercibidas, como siempre. Después de los discursos, a la hora de los bailes, los fanfas bailaron con sus damas, muy fanfas ellas, y las señoras comunes se dieron a las danzas con sus parejas también. Todo era alegría, todo hasta que un fanfa, un poco pasado de copas, comenzó a piropear a una señora común (muy linda ella), y ahí nomas se armó un gran revuelo. Era imposible aceptar tremenda ofensa. ¡Nadie pude entender cómo era posible tal desastre, donde se ha visto que un fanfa trate de seducir a una común! ¡Qué descaro! La fiesta terminó antes de lo programado, los fanfas volvieron a su vida tonta y los comunes a su vida aburrida, en la revista "Ecos" ni se mencionó el hecho y las fotos salieron hermosas.
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