miércoles, 20 de abril de 2011

DECISIÓN por GABY SZUSTER


Lo pensé durante varios días. Ana siempre decía que soy demasiado analítico, que le gustaría que fuera más impulsivo. Mmm..., podría decirle que fue un impulso… no mejor no, no es bueno intentar una reconciliación basándome en una mentira. Además nos conocemos bien, ella no me lo creería.

Cuando se fue de casa, la dejé ir en realidad, no se que me pasó. ¿Fue por orgullo que no la retuve? Nunca fui orgulloso ¿o si? ¿Que importa eso ahora? Lo estoy volviendo a hacer…

Caminé dos cuadras hasta la parada, mientras esperaba el colectivo, imaginé que le diría, pero dejé mis pensamientos a un lado, trataré por una vez de ser espontáneo, de dejar que las cosas fluyan, como siempre me pedía Ana. Subí al colectivo, me senté cerca de la puerta, para poder bajar rápido. Me sentía inundado de energía, casi eufórico diría.

Descendí corriendo, necesitaba verla, no se como dejé pasar tanto tiempo. Como viví estos meses…

Mientras esperaba que me abriera la puerta, el corazón me palpitaba con fuerza. Al verme, Ana rompió en un llanto que nos sacudió a los dos. Nos abrazamos unos minutos, durante los cuales no pude decir palabra, aunque miles de ellas rebotaban en mi cabeza, te amo, perdón, te necesito… Ninguna fue pronunciada. Me quedaron atragantadas. Un hombre al que no pude ver bien a través de las lágrimas me arrebató a Ana, dando un portazo que aún hoy retumba en mis oídos.

2 comentarios:

Marina Judith Landau dijo...

Triste, y muy buen relato.
Cuántas veces llegamos tarde por analizar tanto...
Beso.

Gabriela Szuster (Gamyr) dijo...

Es una pena pero suele pasar.