viernes, 29 de octubre de 2010

PUNTUAL...PERO NO TANTO por SHULA DAICH


Mientras preparaba la cena, Alicia miraba  la hora. Ya tiene que llegar, pensó. Siempre fue puntual. Durante sus dieciocho años de casados, nunca falló. Aquella rutina la tenía cansada. Más de una vez, pasó por su mente el deseo de abandonarlo todo e irse. Pero ¿a dónde?, no  tenía oficio, no tenía dinero, además, en un rincón del corazón, todavía lo quería. Ella también ya se había transformado en una autómata. Todo debía funcionar como un reloj...
Sonó el timbre. ¿Se adelantó con media hora? ¿o se olvidó las llaves?
Secó sus manos mojadas, se dirigió a la puerta de entrada, delineando una sonrisa en sus labios, y...
_ Buenas tardes, ¿está su marido en casa?
_ No todavía no llegó, ¿quién es ud?
_ Me llamo Luis Contreras, necesito hablar con él  ¿ puedo pasar?
_ Si, con mucho gusto, póngase cómodo. Ya está por llegar. ¿Le sirvo un whisky?
_ Gracias, me encantaría
_ ¿Con hielo?
_ Whisky solo.
Vestía con elegancia, traje azul, camisa blanca y corbata haciendo juego. Llevaba un maletín negro, que apoyó sobre su regazo. Tenía un semblante acogedor, aunque parecía tener un mero nerviosismo. Con su mirada, analizó con precisión, los muebles de la sala.
_ Discúlpeme, lo dejaré unos instantes.   Prepararé la mesa, antes que llegue mi esposo.
_ No se moleste por mí, siéntase cómoda.
  El ruido de llaves irrumpió el silencio. Alicia corrió a abrazarlo y besar su boca
_ ¡Hola mi amor! Mirá quien llegó, el  Sr. Luis Contreras te está esperando.
_ ¿Nos conocemos?
_ Bueno, no formalmente. Pero he venido a terminar cuentas pendientes.
¡Se teminó, crápula! ¡Lo sé todo! Encontré tu nombre en el celular de mi mujer. Hasta sé cuántas veces por semana uds. se encuentran...y qué hacen.
Lo tengo todo grabado.
_ Pero, aquí hay una equivocación. Ud me confunde con otra persona.
_ Mire , señor Conrtreras, irrumpió Alicia,  mi marido es el de los que van, de casa al trabajo y del trabajo a casa. Siempre fué así en los dieciocho años , que estamos casados...
_ Sí, el equivocado soy yo, que me casé con una puta. Pero a mí de cornudo ¡NADA!
Sacó el revólver que tenía escondido en su pantalón y disparó. Tres tiros...
¡Hasta la vista, Martín Rodrigo! ¡Contale a otro lo puntual que sos!
Al instante se desplomó. Alicia exaló un grito de espanto y de dolor
_ ¡NOOOOOOO!!!!¡Qué ha hecho!¡ Él siempre me fué fiel !
Tuvo un comportamiento intachable, ¡¿porqué?!
_ Ha sido engañada señora, es ud también una cornuda, llegó la hora que lo sepa...Fuímos cómplices de un sueño ingenuo...
_ ¿Pero, cómo lo ha llamado?
_ Martín Rodrigo. El amante de mi mujer.
Lo miró con odio y estupor. _ ¡ Mi marido, se llamaba Rodrigo Martínez!...
Un silencio tenso colmó la sala..._ Lo siento...no fue mi intención, lo confundí con otro...
Ella alzó la cabeza y le miró. La cara arrugada.Váyase al cuerno, dijo. Se queda ahí plantado diciendo que lo siente. Mi marido está muerto. ¿Es que no lo entiende? Como diga otra vez que lo siente le juro que voy a por la pistola y le pego dos tiros...

jueves, 28 de octubre de 2010

SEGUNDO PISO DEPARTAMENTO CINCO por SARA RAWICZ


Una calle de barrio porteño.
Casas bajas y modestas, con perfumados jardines; algunas con erguidas palmeras, que les confieren un toque peculiar.
El progreso, sin prisa y sin pausa, las fue desplazando por altos edificios, que lucen airosos sus fachadas de lujo. Entre sus paredes se encierran infinidad de historias de toda índole; simples e insólitas.
Uno de ellos, por ejemplo, quizás el más antiguo de la serie, acunó en su seno a muchos bebés, a quienes vio crecer y luego partir rumbo al altar.
Los vecinos, fueron envejeciendo junto con el edificio y sin llegar a ser amigos, mantienen una relación cordial y solidaria.
Hace un tiempo, todos percibieron un cambio en el ambiente habitual. Un matrimonio mayor se mudó al segundo piso, departamento cinco. Nadie sabe nada de ellos, ni el portero, informante oficial de todos los sucesos de la casa.
Son ellos: don Cosme, un caricaturista jubilado, quien alarga sus días dibujando. Carácter jovial, dispuesto a la comunicación, pero reprimido por su esposa, quien no le permite familiaridades con nadie.
Doña Mercedes, personalidad rígida, ceño adusto; siempre alerta, como esperando algún imprevisto y en lo posible tratando de eludir el saludo.
Todos comentan en un susurro, que extraños son los nuevos vecinos.

Cuando el joven irrumpió en el departamento, don Cosme no creyó que sólo era un ladrón; pensó que venía a exigir fuertes sumas de dinero, que él se guardó comercializando la droga por su cuenta. La impresión fue tan fuerte, que cayó fulminado por un infarto sobre el tablero de dibujo.
El muchacho, un ratero improvisado, quedó estupefacto; no se atrevió a escapar ni supo que hacer. La mirada aterradora de doña Mercedes lo inhibió y sólo atinó a decir que lo sentía…
“ Ella alzó la cabeza y le miró. La cara arrugada. Váyase al cuerno dijo. Se queda ahí plantado diciendo que lo siente. Mi marido está muerto. ¿Es que no lo entiende? Como diga otra vez que lo siente le juro que voy a por la pistola y le pego dos tiros.”

LA IDENTIDAD por AIDA REBECA NEUAH




La noche bañaba con grises el cielo. Él no podía verlo. No recordaba desde cuando. En el calabozo perdió la noción del tiempo. Perdió la noción de todo, menos de su nombre. Se obligó a recordarlo escribiéndolo a escondidas en una pared mugrienta. Con las uñas. Nadie lo sabía. Estaba solo. Ellos venían a buscarlo seguido. Cuando lo devolvían tardaba en entender. El cuerpo de tanto dolor simplemente dejaba de sentirse. La mente de tanto pensar dejaba de hacerlo. Mecanismos de autodefensa. La noche bañaba con grises el cielo cuando se lo llevaron, lo sentaron en una silla y esta vez pudo verles las caras. "Empieza a rezar"
Shema Israel Adonai eloheinu Adonai ejad
Esperaron con respeto que terminara y entonces le dijeron, sus caras desapareciendo lentamente en la penumbra: Mira, te soltamos si nos dices que significa FIRE.
-Fuego, soltó, incapaz de contenerse.
Oscar_____.

DIA DOMINGO (Continuación) por SHOSHANA ZALTZMAN


El lunes la vio pasar rumbo a la escuela. Su cuerpo casi mujer casi niña le fascinaba, se reía y charlaba con sus compañeras bajo los ficus esplendidos de la alameda, parecía despreocupada y feliz mientras él se sentía cada vez mas ansioso esperando su respuesta. Sabía que debía tener paciencia, solo ayer le ofreció salir con ella, no podía esperar, aunque era lo que mas deseaba, una respuesta tan rápida. 
Esperó también el martes y el miércoles… De noche, bajo la luna de invierno le dolía el pecho por la incertidumbre, de día cuando salía para la facultad por la avenida Pardo iba envuelto en una nube de preocupación y a la tarde, camino al trabajo en el bar de Don Jorge, solo tenía cabeza para pensar en ella.
Jueves, viernes…
"¿Cómo hago para llegar al domingo entero, cuerdo? Ya mañana me va a contestar, este sábado es un suplicio, mañana tendré su respuesta…"
Llegó primero a la misa, nunca fue tan devoto, traía una rosa en la mano y un manojo de ilusiones en la otra. Iba a estallar de ansiedad…
La iglesia estaba repleta, no cabía un alfiler todo el pueblo llego a oír el sermón del padre José. Todos menos Flora. Rubén tampoco llego.

continuación del relato de Vargas Llosa, Dia Domingo, en una libre versión.

lunes, 18 de octubre de 2010

DIA DOMINGO* (Continuación) por LILIANA OSTROVSKY

Y…..se encontraron al domingo siguiente. Ahora, ¿qué le digo, cómo sigo, se habrá detenido ella en mis palabras que hablaban de enamoramiento? Todo esto, pensaba Miguel. Ella, ruborizada lo miraba. El también. Era más fácil el lenguaje de las miradas que el de las palabras.
Caminaron, caminaron, dejándose tocar por una tarde tibia y soleada. Al fin, se detuvieron en el puente que da al río.
Se abrazaron, se gustaron. El contacto permitió destrabar ese nudo de emociones.
A mí me gusta el cine, dijo Miguel
A mí también, agregó Flora, películas románticas, pero mi madre dice que después, no puedo estudiar, que tengo ocupada la cabeza.
Bueno, podemos caminar, tomar un refrigerio. Miguel, no sabía si le estaba dando tiempo a ella, o, se lo estaba dando a sí mismo. Se sentía extraño, raro, pero ese manojo de sensaciones, le daba fuerzas para seguir avanzando.
Ya, más decidido, le dijo nuevamente: Estoy enamorado de ti, me gustan tus ojos, tu piel, tu manera de andar, tu silueta en la vereda. Creo, creo que yo también, murmuró Flora, en voz tan bajita, que ni ella misma podía escucharse. Pero, mi madre, mi madre....
No es malo hablar de los sentimientos. Ni él mismo se lo creía, pero sus palabras empezaron a brotar, ya no podía volver atrás, tampoco quería, y ella, al verlo, se sintió invadida por una confianza, que le permitió acercarse más
Empezaron a verse con más frecuencia. Miguel se sentía más seguro. Flora, podía hablar más por ella misma que por palabras de su madre.
Fue tiempo de conocerse, de cruzar miradas cómplices, más profundas, de tocarse y recorrerse, dejando que el amor fluya, que hable por sí mismo.
La madre de Flora, vio a su hija feliz. En el colegio, le iba bien.
Recordó entonces, el día que un joven como Miguel, le dijo que la amaba.
Así, pudo entender y compartir, estos dos jóvenes despertaban al amor.
Miguel y Flora caminaron juntos encuentros y desencuentros, alegrías y no tantas, incertidumbres, momentos de felicidad.
Miguel y Flora, caminaron juntos por muchas alamedas, que los vieron crecer.

*Continuaciòn libre del primer capitulo del cuento de Mario Vargas Llosa

miércoles, 13 de octubre de 2010

TIC TAC por Yael Levin


Tic tac, tic tac, tic tac…. La aguja no me perdona y no se para, ni por un momento, ese momento que tanto lo necesito...Tic tac, tic tac, el tiempo sigue sin pararse ni apiadarse de mí.

El domingo me dieron una tarea que decidí llamarla “Misión Imposible:  Escribir un texto en castellano y entregarlo hasta el día sábado.
“Tengo tiempo” pensé sin dejar de pensar que voy a escribir.

Tiempo -  siempre me digo a mí misma que tengo tiempo y siempre llego tarde, a todo... 

Los minutos corren, las horas pasan y los días cambian: Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes. 
El reloj sigue su monótono ritmo y yo sigo pensando.
Sábado.  Me levanto a las 10:12  de la mañana sin dejar que las ruedas de mi cerebro descansen y dejen de pensar: ¿que escribo?
Las horas pasan sin importarles mis pensamientos,  mi desesperación y mi decepción, yo, ocupada en ellos, pienso ahora que pretexto dar y cuál es la razón por la cual no escribí... “Lo más fácil es decir que me es difícil” me digo a mí misma en una subida y bajada de hombros, ya dispuesta a renunciar. 
Fue entonces cuando lo veo a Él.  Él, que siempre está conmigo y nunca me abandona y  más cuando  los dos sabemos que estoy mintiendo, principalmente me estoy mintiendo a mí misma, cuando no quiero esforzarme y me es más fácil renunciar que enfrentarme al desafío “No seas negativa” me dice o acaso ¿me lo digo yo misma?
Pero así me veo: Negativa. 
¡No te des por vencida!
¿Me lo dice Él? ¿Me lo digo yo?
Miro el reloj: 22:12.  Extraño, parece más tarde.  Lo miro nuevamente: ¡El reloj está parado! Como partido por la mitad... ¡mi corazón y mi mente me laten velozmente!
Lo miro y veo su sonrisa, avergonzada, triste, su cabeza, inclinada hacia abajo.
Los dos entendemos que llegó la hora, que su misión - está cumplida.
Viste su viejo saco, ese con el capuchón y calza las botas negras.
Caminando lentamente,  Él se vá, sin mirarme, sin hablarme - no me quiere molestar, sabe que tengo una tarea para hacer y la voy a hacer sea lo que sea y como sea, Él no me ve de manera negativa, lo veo a Él y entiendo  que Él cree en mí  y  me tiene confianza, y su fe en mí - me llena.
Lo veo alejarse de mí en silencio, sin despedirse, sin darme tiempo... pero estamos conectados el uno al otro y nada ni nadie nos va a separar.  ¡Nunca!
Sé que va a volver...en otro tiempo.

De un salto me levanto del cómodo sillón, me siento frente a la computadora y sin sacar el ojo del teclado, marco las letras veloz y automáticamente casi sin necesidad de pensar, ¡escribo mi primer texto en castellano después de mucho tiempo!

Sin perder tiempo y sin mirarlo, mando el texto por mail, me levanto del asiento, voy hacia el reloj, le doy cuerda y lo pongo en hora.
Mi corazón y mi mente vuelven a su ritmo normal. 
Tic tac, tic tac...
Así el reloj.

El relato tiene como base la imagen:

INEVITABLE FINAL por Ana Karina Arguello


La humanidad se encamina hacia el inevitable final, el Apocalipsis está aquí.
Para lograr volver a empezar de cero, desde el principio, hay que tocar fondo. Estamos cayendo al abismo del  caos para luego recomenzar desde la luz, como el libro Génesis nos recuerda: desde el caos hacia la luz.
El hombre corre y recorre el tiempo, mira las agujas del reloj como si siempre fueran a estar ahí, incrustadas en el mismo.
Solos, los hombres, egoístamente, egocéntricamente, cada uno transita su camino, viven su película, estampan sus fotos en el muro de su mente, pretendiendo ser inmortales en la memoria y a los ojos de los demás.  Al ojo de su mujer, se olvidan de la mirada de Di-s, que con estupor nos mira con pena y misericordia, desilusionado de haber sido tan mal maestro.
El hombre en su ciclo vital, va para volver, vive para reencarnar nuevamente, si no logra conectarse con la divinidad de la creación.
El ser cabizbajo, enfundado en sus ropas negras, recorre un camino abismal, obscuro.
Haciendo piruetas, aplasta sus neuronas, creyendo que así salteará obstáculos a los que no se quiere enfrentar, realidades que no puede explicar, fenómenos que no entiende. Se cree omnipotente, todo poderoso, eterno y se olvida que es solo una pequeña hormiga en un sistema galáctico, entre otros miles o millones.
Dejando de lado su capacidad creadora, olvidándose de sus semejantes, desconectado de su tiempo interior. Cae, para volver a empezar, contando con una nueva oportunidad para hacer mejor, para ser mejor, vivir mejor.
La humanidad aprenderá a vivir, pero: ¿por qué por el camino del sufrimiento y no por el camino del amor?

(El escrito fue basado en esta imagen)