jueves, 16 de septiembre de 2010

UNA FAMILIA NORMAL por Polly Cordobal


Me senté en un banco, arrepentida de haber elegido los zapatos  rojos.  No por su color, puesto  que hacían juego con mi blusa  de seda floreada, casi transparente, ajustada al cuerpo y que permitía entrever los senos, y la faldita mini que dejaba poco a la imaginación.    El problema de los  zapatos eran los tacones altos y puntiagudos, que se enterraban en el camino pedregoso  y lleno de barro por la lluvia de la mañana. 
Era consciente de que llamaba la atención entre los  presentes,  pero al fin y al cabo  yo  era uno de los personajes principales  esa tarde, donde esperaba que todo cambiara y estaba dispuesta a demostrarlo  desde un principio.  Por supuesto que no estaban acostumbrados a verme así, pues durante  años me vieron vestida  muy conservadora,  normal, como  pretendía Luciano.  Pero hacía mucho que esa palabra, mágica para todos a mi alrededor, me causaba alergia y deseos de vomitar. 
Lucy se acercó y me tendió la mano. ¿Seguimos?- me preguntó.   Le seguí  los pasos  y pronto alcanzamos a los demás, todos grises, sobrios e insípidos.  Lautaro se colocó a nuestro lado.  Sus ojos me miraron con vergüenza ajena, pero yo le sonreí y le dije que la vida era una aventura que había que saber disfrutar.  Hizo  un gesto de enfado pero se quedó callado como correspondía a un Lerman.   Lucia  sozollaba,  Lisandro  la consolaba.  Lucrecia comentaba con Lily que era una gran pérdida  y el resto del cortejo bajaba la cabeza y decían que fue un buen hombre
Al contrario de los demás, yo iba con la cabeza en alto.  Una sonrisa muy bien pintada adornaba mi cara.  No podía ocultar  la alegría que me producía  la llegada de mi ansiada libertad.  Hacía mucho tiempo sabía que semejante normalidad no era nada normal. Intenté proponer un divorcio,  pero Luciano se negó rotundamente, pretendiendo que eso no era bien visto en la sociedad.
 Ahora, muerto Luciano, me quedaba el camino libre para vivir lo que me reste tal  como se me plazca.  Vestir lo que se me cante en gana, enseñar a mis hijos como desee,  comer lo que me antoje y a la hora que quiera, pasear,  cantar y bailar libremente.  Ensimismada en mis pensamientos,  mi corazón palpitaba con más fuerza,  caminaba más ligero, como si flotara en el aire.   De repente, un apretón en la mano me atrajo a la realidad.  Todos tenían su mirada fija en mí.  Entre rezos  y lágrimas,  los más allegados paleaban arena a la tumba recientemente ocupada.  Sin darme cuenta, había  estado tarareando y bailando.
Finalizada la ceremonia, unos desconocidos me preguntaron cortésmente si podría contestarles a unas preguntas por la extraña muerte de Luciano.   Lucía y Lisandro se acercaron y mientras nos  abrazaban, comentaron que estaban dispuestos a venir a vivir con nosotros para cuidarnos, como correspondía a los abuelos de una familia normal.
Estoy segura que desde el cielo Luciano Lerman nos mira y sonríe.

domingo, 12 de septiembre de 2010

EL RAYO DE LUNA por Sara Rawicz



Era un antiguo reloj alemán de pared, de roble, artísticamente tallado, con péndulo y números romanos. Llevaba tres generaciones viviendo con la misma familia. Por sus atributos se consideraba el patriarca y con ciertos derechos; a él le correspondía marcar los tiempos.
La ventana,  joven y moderna, se burlaba del viejo reloj. Ella era libre y decidía qué y cuándo hacer lo que quería. Por esa razón, todos los días, cuando la oscuridad y el silencio se instalaban en la casa, ella se abría a la noche y permitía que un plateado rayo de luna iluminara la estancia.
El reloj refunfuñaba pues no había terminado de dar las doce campanadas, momento en el cual los objetos de la casa despertaban de su letargo y comenzaban a vivir.
Esa noche se realizaría una asamblea general para escuchar varios reclamos.
Las sillas ocuparon su lugar alrededor de la mesa; en la cabecera se ubicó un sillón que argumentó, que puesto que él tenía brazos, levantaría el acta pertinente.
Muy coquetas, aparecieron la cafetera y la tetera para convidar a los presentes.
El reloj se erigió en presidente del mitin y con su estentórea voz hizo pasar al primer demandante.
Rebotando en el piso apareció un balón de plástico de brillantes colores. Alegaba ser una pelota para jugar en la piscina y no para jugar al futbol. Estaba cansada de recibir puntapiés de ese mocoso maleducado, con cara de yo no fui, hijo de los dueños de casa.
Seguidamente entró la alfombrita de la puerta; muy indignada quería saber cuales eran sus derechos. Todos la pisoteaban y ella no quería ser felpudo de nadie.
Finalmente fue el turno de la planta que adornaba el rincón de la sala. Pobrecita, no necesitaba hablar, mirarla era suficiente. Estaba muriendo lentamente por causa de la sed que la consumía.
De pronto se escuchó un redoble de tambor e irrumpió en la sala el escuadrón de los soldaditos de plomo, para clausurar la reunión, a la que consideraban subversiva pues no tenían la autorización correspondiente para realizarla.
En ese momento, un tibio y claro rayo de sol, desplazó al de la luna. Con la claridad diurna, cada uno volvió a su apacible quietud.
En tanto… el reloj daba seis campanadas.

sábado, 11 de septiembre de 2010

SE LEVANTA EL TELÓN por Nelly Shejter



Esa noche, más que nunca, le resulto difícil conciliar el sueño. Daba vueltas y vueltas en la cama y ¡nada! ¿Que pasaba?
De pronto cayó en la cuenta del motivo del insomnio: esa tarde sus amigas habían recordado la variedad de sus muñecas y demás enseres de sus casas de juegos.
Ya descubierto el motivo y más tranquila, cerró los ojos. Se vio, como en sueño (¡estaba despierta!): Bea de cuatro años, sentada en la cama de sabanas bordadas que le decían:
_La suavidad de nuestra tela te hará tener sueños dulces.
Entonces la lámpara junto a la cama comenzó a tintinear y…
_Estoy tratando de avisarte que Marilu y conejita Panzona se pelean.
_Mi ropa es mucho mas vistosa que le bombachón de tela burda: obvio; yo soy importada… La conejita la dejo con la palabra en la boca y pregunto al autito si podría llevarla hasta el circo.
_No puedo, ya llevo a tres pasajeros y tú eres gorda; a menos que acepten viajar oprimidos.
_A mi no me importa, con tal de llegar bien, dijo el oso parlanchín mientras seguía hablando solo.
_Pues yo no quiero arruinar mi ropa de princesa.
_Yo acepto la decisión del conductor, dijo Pluto, mientras ladraba. Entonces la Conejita agrego:
_Hasta ahora no lo he visto, solo hable con el autito. Este contesto:
_En nuestro mundo los coches podemos ir y venir sin necesidad de nadie que nos guíe al volante.
De pronto apareció el Gigante Barba Blanca, famoso por comerse a las esposas de todos y dijo:
_Bájense ahora, voy a viajar solo; y tu, pequeño Fortachón, obedece y llevame rápido a la ciudad de las cavernas, si no quieres que me engulla a tu fotachita y la agregue a la lista de mis manjares…Ja Ja Ja
Del susto por el cariz que estaba tomando el sueño, Bea dio una vuelta mas grande que el ancho de la cama y cayo al suelo…
¡Epa! Niña atolondrada, con tu caída casi rompes una de las tablillas de mi parque, grito el piso.
Bea no contestó pues ya estaba relajada y volvía a ser la adolescente de catorce años.

Personajes: Sabanas – Lámpara _ Marilu _Conejita Panzona _ Autito _ Oso Parlachin _
Princesa_ Pluto _ Gigante Barba Negra – Piso

viernes, 10 de septiembre de 2010

ALGEBRA COTIDIANA por Aida Rebeca Neuah



Dado un conjunto no vacío, Grupo, que en este caso contiene tres elementos o individuos a saber: A (Ángeles), B (Bárbara), C (Charly) y estos elementos cumplen las siguientes propiedades:

1) reflexiva: cada uno de los individuos del grupo se relaciona consigo mismo. Es decir… A se relaciona con A, B con B, C con C.
CIERTO.

2) simétrica: la relación es simétrica cuando A se relaciona con B… entonces B se relaciona con A.
 POSITIVO PARA TODOS LOS INDIVIDUOS DEL GRUPO G.

3) transitiva: cuando A tiene relaciones con B y B tiene relaciones con C entonces…
A tiene relaciones con C.
AFIRMATIVO PARA TODOS NOSOTROS.

¡Mami, te das cuenta…que tu hijo viva con dos chicas  y duerman juntos en la cama de tres plazas  se llama Relación de equivalencia y está en los libros de la facultad!

jueves, 9 de septiembre de 2010

GARABATOS por Gladys Goldszteyn



La hoja en blanco espera…
El lápiz no tiene apuro…
Provocativa y desafiante pregunta, -¿es que no pensás decir nada?-
-¿Que pasa no te viene nada en mente, no te inspiro cosa alguna?-
-Pues seguro que sí, no seas impaciente. -Déjame ordenar mis pensamientos y mis sueños, y prometo recorrerte toda.- - Acariciarte con mi punta filosa, o con mis vivencias que quizás logren transmitir conciencia.- - Dibujar dentro de tu contorno las letras que formen las palabras pocas veces dichas, las grandes verdades, y tener el valor de denunciar las injustas mentiras.-
-Sumergirme en un torrente de ideas y sentimientos encontrados, en donde todo coincida mucho más que en las acciones diarias.- - Soñar despierto con cosas bellas, como una simple flor, como el conflictivo amor de dos. O creer que en el mundo pueda dejar de haber guerras, o como la sed de justicia que siempre me persigue, o como una simple mañana de sol-. -Me tranquiliza escucharte responde la hoja, pues mientras exista alguien que exprese desde el alma y el corazón, y haya otro receptivo, sabremos que no todo está perdido-.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

¡QUE NO SE NOS ESCAPE! por Shula Daich




_ Dale Marti, ¡golpea fuerte!
_Te doy con  todo, clavo torcido, ¿ves que no puedo más?
_ Es que si no lo clavamos bien, éste es capaz de escaparse...
_ Mirá que estás encorvado, también oxidado, porque la verdad, que me esfuerzo, ya casi no respiro, me duele el coco de tantos cabezazos que te doy, y...nada  de nada. También, ¡cacho de madera tiene esta cruz de mierda! Pero, ¿quién es este loco que estamos crucificando?
_ La verdad, no lo sé exactamente. Escuché, de mis otros compañeros, que pasaron por peripecias semejantes, que éste, es el peor de todos. Parece estar rallado de cerebro, mirá que quiere convencer a las masas que él, es el Mesías, el hijo de Dios, ja, ja, ja.
_ Pobre, mirá que será terco, que no se queja ni le importa que lo dejen a la intemperie, desnudo, presa a los buitres...
_ Dále, no te entretengas, seguí martillando, empujá más, ya casi pasé toda la mano y estoy tocando la madera...
_ Ya  está, ahora pasá al otro lado y hacé lo mismo. Antes que este rebelde se escape. Mirá que el tránsfuga, tiene muchos adeptos, ¡cómo gritan!, y ¿todos éstos le creen que él, liberará al pueblo de sus aflicciones, no confundiendo a sus enemigos, sino mediante la regeneración espiritual y ética de los individuos?
Pero ¡que se vaya a vender hielo a los esquimales!
Apurate, Marti, antes que se nos escape y arruine el Mundo...

martes, 7 de septiembre de 2010

SUEÑO DE AMOR por León Binder



Espera, ¡no. En honor a algo, que mientras duro fue hermoso, léela hasta el final. He pasado cuatro meses duros, sabía que lo nuestro tenía pocas probabilidades de ser duradero, pero como una tonta quinceañera (en lugar de mis veintiocho) me ilusioné, y creí, y soñé, y pensé que las frases que dejabas escapar en nuestros encuentros íntimos, cuando dabas rienda suelta a toda la lujuria y deseo que anidaba en ti, podrían ser verdad.                                                                                                     Y cumplí con lo que tú querías, desde aquella vez que por una indisposición de tu mujer me pediste que te acompañara a ese evento social, en calidad de tu secretaria ejecutiva. Y después fue un seminario en Eilat, una exposición en Praga, un curso en Haifa, etc., etc.  Fui tu eficiente secretaria primero, tu confesora, con la cual podías hablar de temas casi prohibidos después, y poco a poco mientras tu pobre mujer, según tu, no se recuperaba, fui también la mujer que sació tus deseos insatisfechos. Y comencé a quererte y a ilusionarme, hasta ese primero de abril de hace cuatro meses donde me anunciaste simultáneamente, la total y feliz recuperación de tu mujer y (para evitarme dolores) mi ascenso y traslado a la sucursal de Arad. Creí morir, encerrada en mi cuarto, mis padres y mi hermano no sabían que hacer conmigo, pensé en una fuerte dosis de pastillas y sumirme en un sueño eterno donde seguramente estaría tomada de tu mano…                                                                Pero no, al tercer día salí, pensando que una persona como tu no merecía que alguien diera la vida por el.                                                                                                     Y así, como quien carga en su alma el dolor de una irreparable pérdida, comencé de nuevo.                                                                                                            Hoy puedo decir que estoy convertida en una nueva mujer, el trabajo y mi familia han sido el bálsamo que me ha devuelto la paz. Solamente quiero que sepas, por último, que el ser que desde hace cinco meses anida en mi cuerpo, solamente sabrá que tiene una madre que será madre y padre a la vez y que orgullosa y con la frente bien alta hará de el un hombre de verdad.  ¡Hasta nunca!                                                                                                           Ariadna                                                                                                                                                              

lunes, 6 de septiembre de 2010

QUERIDA SONIA por Gabriela Szuster



Veinticinco años de casados Y hoy digo BASTA. Podrás acusarme  de cobarde, y tal vez tengas razón, pero la verdad es que mucho no me importa.
Nos casamos muy jóvenes y hoy me siento asfixiado en estas cuatro paredes del matrimonio. ! Quiero vivir! Y a tu lado, Sonia, solo sobrevivo.
No sos la culpable, o si, no lo sé. Pero nuestra vida se convirtió en una rutina pesada, en una carga.
Aun me siento joven, y ya sé que me vas a decir que estoy pasando la crisis de los cincuenta. Todo para vos son crisis.
Soy muy infeliz a tu lado, y supongo que vos también lo sos, por eso creo que lo mejor es separarnos y comenzar un nuevo camino.
Imagino tu cara leyendo estas líneas, conozco todas tus reacciones, adivino todas tus preguntas, ya no hay sorpresas.
Querés saber si te quise alguna vez, y la respuesta es que si, me casé enamorado, pero en algún momento del camino, ni yo me di cuenta cuando, el amor se esfumó y dejó en su lugar un sabor amargo.
Nuestra semana está programada día a día, los fines de semana también. Las vacaciones son siempre en el mismo lugar, con la misma gente.
Todo está en su sitio. No hay impulsos del momento. Hay día y hora estipulado para cada cosa, ¡hasta para hacer el amor!
Y es por ese amor que alguna vez nos tuvimos, te pido una separación civilizada.
Y deseo para ambos que una nueva oportunidad nos devuelva a la vida, sentirnos    otra vez ilusionados.
Lo único que espero es que no sea demasiado tarde, para ninguno de los dos.

Rafael

sábado, 4 de septiembre de 2010

CARTA DE AMOR A SANDRA por Shoshana Zaltzman



                             Bahía Blanca, 6/7/10
Querida  Sandra:
                   ¿Cómo estás? Fue un placer tener noticias tuyas después de tanto tiempo. Estaba cansado de revisar el correo a ver si llegaba carta tuya, por lo tanto ni te imaginas lo feliz que fui cuando la recibí.
                   En todos estos años no dejé de pensar en vos, en tu risa (¿te acordas cuánto nos reíamos mientras recorríamos las calles oscuras?), tus ojos, del color del mar, tu perfume, tan dulce, pero sobre todo el sabor de tus labios, que aún, a pesar de los años lo siento en mi boca. ¡Imposible olvidar esos besos, esas noches de amor embriagantes! ¡Creíamos que nuestro amor era más fuerte que el viento, más intenso que la lluvia, más ardiente que el fuego, pero sobre todo que era inmortal!
Pero te fuiste. Subiste a aquel barco maldito y partiste a tierras     desconocidas, prometiste volver.
Pasaron muchos años, se que formaste un hogar, una vida con idioma extraño, con gente de ojos oscuros, con un presente distinto al mío.
Yo también seguí adelante, formé una familia, una carrera, una vida, pero aquí estoy, al cabo de tantos años para recordarte que aún te amo, que el amor de los diecisiete años siempre se lleva en el alma, en el corazón y que sí, es inmortal.
Con el amor de siempre.

Ernesto

viernes, 3 de septiembre de 2010

INTUICIÓN por Raquel Eidelman



Llovía a cántaros, trataba de llegar a casa, el tráfico estaba retenido, seguía lentamente en la fila de autos, qué aburrido, desesperante, encendí la radio y todas las emisoras anunciaban : gran temblor de tierra de nueve punto seis grados en la escala de Richter ha sacudido la ciudad de Tarcia y sus alrededores. Las comunicaciones están interrumpidas, helicópteros de auxilio están por llegar al lugar del desastre, seguiremos informando…Tarcia, Tarcia, ¡por favor! Pero si Luciano viajó justamente allí, por trabajo, acostumbra a alojarse en el Hotel  Real, ubicado en la plazuela del centro? Qué hago? me puse histérica, pero seguía atrapada, delante de mi parabrisas se veía agua y más agua !!Bueno, Linda hay que tranquilizarse, me dije, no se debe perder el control en estos casos, ya saldré de éste atascadero y llegaré a casa, seguro él habrá llamado para avisarnos que está bien. Me calmé un poco y mi mente empezó a devolver la película de mi vida : nací en una familia compuesta por papá, mamá y dos hermanas; fui la hija menor y como tal me criaron y mimaron, me enviaron a estudiar, fui buena alumna,  en casa teníamos todas las comodidades pues papá tenía un productivo negocio de textiles y mamá nos cuidaba en casa. Cuando terminé mis estudios, mis hermanas ya estaban casadas y la mayor iba a ser madre en unos días, estábamos muy entusiasmados por el nuevo miembro que llegaría a la familia. Continué mis estudios secundarios haciendo un curso de secretariado de gerencia, empecé a  trabajar, y así sin darme cuenta, no lo recuerdo, Luciano empezó a frecuentar mi casa, me visitó, me invitó a salir, nos hicimos novios, fue el primero para mí, me propuso matrimonio, y nos casamos unos meses después. El es un hombre cumplidor, no muy efusivo en demostraciones de cariño, sale temprano al trabajo, regresa para cenar, por lo general se acuesta a dormir después del noticiero. Nuestra relación es rutinaria en todo sentido, me siento cómoda así, tenemos dos hijos Lautaro y Lucy, yo trabajaba en una oficina de abogados pero desde que nació Lautaro lo dejé para dedicarme a ellos. Económicamente estamos organizados, Luciano ajusta su salario con lo que papá le ofreció en nuestro compromiso, pienso que no es un hombre ambicioso, más bien conforme y sencillo. Nuestra vida social se limita en visitas a los padres y suegros y viceversa, muy pocos paseos, en fin yo diría una pareja común y corriente.
¡Otra vez la radio! La noticia del temblor en Tarcia y sus alrededores, los helicópteros ya han llegado al lugar del desastre, se ha organizado una transmisión de emergencia. El centro de la ciudad esta en ruinas, aún no se sabe el número de víctimas, seguiremos informando.
Llegué a casa, escucho la voz del televisor, mis hijos mirando no han recibido ninguna llamada y yo tendría que estar como loca, pero en mi interior siento que él está bien, que no le ha pasado nada. Pasan las listas de los que han identificado y avisan de un número para informar. Traté por todos los medios de conseguir información, pero no conseguí nada, su nombre no aparece y me dicen que del Hotel Real solo que dan escombros. Pasan tres días de silencio y anuncian que la Plazuela Central de Tarcia ha sido declarada Camposanto y ahí termina  la búsqueda de más víctimas. Después de haber cumplido con lo que corresponde, como misas y otras ceremonias yo sigo con la sensación, o mejor dicho con la intuición de que Luciano nunca estuvo en Tarcia y a medida que el tiempo transcurre me encuentro con algunas coincidencias que me demuestran aspectos de su vida, como por ejemplo que fue amante de su cuñada, pienso que no era tan conforme y sencillo como yo creía y que salió para no volver,

miércoles, 1 de septiembre de 2010

AMOR DE VEINTE AÑOS por Shoshana Zaltzman



Yo, con trece años menos que vos creía que lo sabía todo. Casi ni tenía lo que aprender. Cerca de los veinte años el mundo te pertenece y nada ni nadie es más importante que uno mismo. Creía en el amor con tanta intensidad que pensaba (aun hoy lo pienso) que él mueve montañas. Pensé que me esperaría al cabo de la vida, más adelante, cuando fuera más madura, para entonces solo quería aventuras, amores de verano, pasajeros, rápidos, que no dejen secuelas. Te conocí en la playa, en las arenas brillantes del Mediterráneo. No nos dijimos mucho, nuestros ojos se entendieron, nuestros cuerpos se desearon. Esa noche dormirías en mi cama, conocerías mis sábanas, mis secretos, mis sueños, mi pasión…No fue la última, hubo muchas otras, más intensas aún. Las estrellas nos envidiaban, la luna espiaba por la ventana y gozaba con nuestro placer, las flores desde sus floreros  se ruborizaban al sentir nuestros gemidos, nosotros éramos uno, nos olvidábamos de la identidad. Yo no me quería despertar. El reloj, mi mayor enemigo. Lo odiaba. Con los últimos besos volvíamos a la realidad. Vos te ibas a tu casa, con tus mentiras y yo volvía a la soledad. Sabía que me faltaba mucho por aprender.

AMOR PROHIBIDO por Gabriela Szuster



Era un amor imposible. Una locura. Él lo sabía. Pero con solo verla lograba olvidarse de su esposa, sus hijos, su brillante carrera, su futuro promisorio… Con sus treinta y dos años se sentía un adolescente como ella, una pasión desconocida lo envolvía, lo torturaba… Ella era una flor que empezaba a florecer, un ángel que se había cruzado en su vida, que le robaba el sueño, le quitaba el apetito, lo provocaba a soñar que era posible… Ludmila, a sus quince años veía a su profesor de día y de noche. Durante  las mañanas lo veía en la escuela, y por las noches, no faltaba a ninguno de sus sueños. Carlos era un hombre muy atractivo, de risa fácil y contagiosa, de mirada clara… 
Nadie podía saber su secreto, no serian capaces de entenderla, ni sus amigas, ni sus padres, ni sus hermanos. Un día al salir de la escuela, se tropezaron en la entrada. Se miraron en silencio, y sus ojos hablaron por ellos. No podían quedarse así mucho tiempo sin llamar la atención, así que Ludmila tomo la iniciativa y le pidió verse mas tarde. Carlos sabía que debía negarse, pero la razón en ese momento no logró imponerse.
A las cinco de la tarde se encontraron en una plaza, un poco alejada del barrio, para no correr riesgos. Se miraron, hablaron, se confesaron, se tocaron, se amaron…
Fuegos artificiales multicolores encendieron sus corazones enamorados, ardientes de pasión. Esa misma noche lo hicieron. Se escaparon juntos a vivir su amor prohibido, con rumbo desconocido.