lunes, 6 de septiembre de 2010

QUERIDA SONIA por Gabriela Szuster



Veinticinco años de casados Y hoy digo BASTA. Podrás acusarme  de cobarde, y tal vez tengas razón, pero la verdad es que mucho no me importa.
Nos casamos muy jóvenes y hoy me siento asfixiado en estas cuatro paredes del matrimonio. ! Quiero vivir! Y a tu lado, Sonia, solo sobrevivo.
No sos la culpable, o si, no lo sé. Pero nuestra vida se convirtió en una rutina pesada, en una carga.
Aun me siento joven, y ya sé que me vas a decir que estoy pasando la crisis de los cincuenta. Todo para vos son crisis.
Soy muy infeliz a tu lado, y supongo que vos también lo sos, por eso creo que lo mejor es separarnos y comenzar un nuevo camino.
Imagino tu cara leyendo estas líneas, conozco todas tus reacciones, adivino todas tus preguntas, ya no hay sorpresas.
Querés saber si te quise alguna vez, y la respuesta es que si, me casé enamorado, pero en algún momento del camino, ni yo me di cuenta cuando, el amor se esfumó y dejó en su lugar un sabor amargo.
Nuestra semana está programada día a día, los fines de semana también. Las vacaciones son siempre en el mismo lugar, con la misma gente.
Todo está en su sitio. No hay impulsos del momento. Hay día y hora estipulado para cada cosa, ¡hasta para hacer el amor!
Y es por ese amor que alguna vez nos tuvimos, te pido una separación civilizada.
Y deseo para ambos que una nueva oportunidad nos devuelva a la vida, sentirnos    otra vez ilusionados.
Lo único que espero es que no sea demasiado tarde, para ninguno de los dos.

Rafael

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