lunes, 31 de enero de 2011

¿CUÁNDO FUE? por YAEL LEVIN


Le angustia mirar el reloj. El reloj es consciente de esa angustia y se para.

"¿Me lo haces a propósito?" le pregunta al reloj.

El reloj lo mira, callado.

"Marchá, por favor" le ruega

El péndulo no se mueve

"¿Y si te doy cuerda, andarás?" le pregunta, con más angustia

El reloj sigue parado.

"No puedo con tu indiferencia"

Silencio.

Le parece que el reloj se eleva sobre él.

Desesperado, se suicida.

Hasta el día de hoy no se sabe la hora de su muerte.

TIC TAC por AIDA REBECA NEUAH



Le angustia mirar el reloj.

El reloj es consciente de esa angustia y se para.

Sabios los relojes,

amos de los tiempos.

Todo lo saben y todo lo ven.

Arduo su trabajo

luchar por los amantes,

facilitando encuentros y reconciliación.

Dicen "cuestión de tiempo".

Ella llegara. Tarde, no demasiado.

Su reloj esta acelerando hacia él,

y lo alcanza y se elevan

juntos en un único tic tac.

domingo, 30 de enero de 2011

HERENCIA por GABY SZUSTER


Una vez más, la luna llena acompañó su metamorfosis. Su cuerpo se transformó lentamente. Una vez más la profecía de su padre se cumplió. Se elevó desplegando sus alas. Salió volando por la ventana de su cuarto. La misión era clara, precisa.

Cada cuarenta años un nuevo ser reemplazaba al anterior, repitiéndose el ritual por generaciones. A los diez años su papá le explicó que era su turno, la profecía que se repetía desde tiempos inmemoriales, como lo había hecho antes su padre, su abuelo, y luego lo haría su hijo, su nieto…

Llegó a destino. Se plegaron las alas sin dejar evidencia de haber estado allí. Se acomodó la ropa y entró. La casa estaba oscura, silenciosa. Parecía que se hubiera equivocado. Pero no, la luz se filtraba por la rendija de una puerta y hasta allí se dirigió. La abrió sin hacer ruido, pero todas las miradas se volvieron hacia el. No se inmutó. Se acercó al lecho donde yacía una mujer pálida, joven, bella, en sus últimos instantes de vida. Le tocó la frente, tomó sus manos entre las suyas devolviéndole la vida que se le esfumaba. Abrió los ojos y le sonrió. Solo ellos comprendiendo lo que allí había sucedido. Nadie más.

Se fue por donde había venido. Una nueva misión había sido cumplida.

RELOJ SENTIMENTAL por EMILIO FELER

 
Le angustia mirar el reloj. El reloj es consciente de esa angustia y se para. Ella piensa en su madre que se lo regaló el día que cumplió quince. Si no fuera por eso lo tiraría. Cada cosa que le ocurre, para bien, para mal, el reloj se para. Se fija la hora en el reloj grande de la sala. Son las seis. Pone en hora su reloj. Tiene que comprar otro reloj, piensa. La última vez que estuvo con Juan, en algún momento se paró el reloj. Ella tampoco se dio cuenta, y llegó tarde a su casa. Más tarde de lo acostumbrado. La mirada de su tía, que es su tutora, ahora a los dieciocho, no fue amable. Juan no llamó, y tampoco contestó cuando ella lo llamoó. El sale a las siete pensó. Salio con la idea de esperarlo a la salida del trabajo. Se apura. Casi pierde el tranvía. Mira el reloj. No se paró. Camina las dos cuadras de la parada al trabajo de Juan. Mira el reloj todo el tiempo. Cuando llega enfrente del trabajo de Juan lo ve salir y besarse con una chica, que se ve que lo esperaba. Lentamente desanda el camino a la parada del tranvía. Vuelve a su casa. Mira con odio el reloj. Tu culpa le dice, y lo tira. Sube las escaleras. Entra a su casa. El reloj del salón marca un cuarto para las ocho. La tía la mira y sonríe, complacida.

viernes, 7 de enero de 2011

LA VIDA CONTINÚA por SHULA DAICH


Aquél día sábado amaneció nublado. La lluvia era inevitable.

Nuestros hijos, que acostumbran venir a almorzar, fueron llamando por teléfono, se disculpaban: que porque el tiempo...que los niños acatarrados...que la lluvia...que el frìo...

Creo que en un rincón del corazón nos alegramos. Nos sentamos, mi mujer y yo, en silencio. Fue en ese momento cuando comprendimos que muchas veces, todo parece amable y ameno, pero otras, se hace difícil de sobrellevar...

Hace ya tiempo, que la visita de los sábados, se transformó para ellos en una obligación, un compromiso. Recién hoy logré, en medio de ese silencio triste, que también ella, vea la realidad, que yo comprendí hace ya largo tiempo...

Durante los "almuerzos" , ellos hablan de cosas "modernas", a veces tratan de explicarnos, nosotros sonreímos, porque si demuestras tan poco interés como ellos, de comprenderte, pareces un verdadero idiota. Hay que reconocer que vivimos en dos mundos opuestos.

...Mientras la lluvia ciega los cristales, dejo mis pensamientos y miro a un lado,veo que por sus mejillas corren lágrimas. Le tomo de la mano y le sonrío, y sin decir palabra, nos miramos a los ojos.

Nuestros hijos, queridos hijos, no es que no nos quieran...tienen su vida, en otro lado. Nosotros , nos quedamos acá, ya no tenemos para ofrecerles nada màs que Pasado. Ellos son Presente y Futuro.

Ahora comprendo que estoy muy cansado de correr y alcanzarlos, pero mientras vivamos juntos, debemos aceptar la vida tal cual es, con lo bueno, lo malo, lo lindo , lo feo, pero nuestro...

jueves, 6 de enero de 2011

HOY...Y AHORA por SARA RAWICZ




Nuevamente discutimos.

Mi trabajo me obliga a viajar a la provincia una vez por mes. Siempre lo hago solo, pero esta vez, quise que me acompañara Mabel. Podríamos complementar trabajo y placer, ya que estaríamos cerca de Mar del Plata. Ella se negó y me enumeró todos los motivos (reales o ficticios), por los cuales, no podía ir conmigo.

Sus excusas me irritaron, le reproché que no se interesara en mi trabajo, yo debía supervisar una obra de próxima inauguración; a lo que ella, más enojada aun, me respondió: _Como quieres que me interese en tu trabajo, si demuestras tan poco interés por mis tareas. Yo estaba malhumorado, la ruta pesada, comenzaba a llover. Decidí pasar la noche en un motel. El invierno va llevándose, con las ramas peladas de los árboles, mi tristeza. Me doy cuenta que recién hoy logré que renacieran mis ilusiones, del mismo modo como renacen las flores en primavera, inundando todo de color y perfume. El comedor está desierto. Sólo hay una mesa ocupada por una hermosa mujer, de mediana edad y mirada melancólica. Es evidente que está sola. Me acerco y le digo: _La compañía, es el mejor antídoto contra la soledad. ¿Qué opina, si compartimos las nuestras y cenamos juntos? Se sonríe y acepta. Que agradable fue la velada con Lucas, a los postres ya éramos confidentes uno del otro; que pena que sea casado. Cuando subimos a nuestros respectivos cuartos, nos despedimos con un “buenas noches”, y fue en ese momento cuando comprendimos, que no deseábamos separarnos; teníamos necesidad de estar juntos. Todavía no puedo creer la forma en que se precipitaron los hechos. Nora es una mujer adorable. Su encuentro fue como una bocanada de aire fresco; me hizo pensar en muchas cosas, ahora comprendo que estoy muy cansado de la vida rutinaria que llevo. Entramos a mi cuarto a tomar una última copa…la mañana nos sorprendió muy unidos en la cama. Lucas duerme, me levanto y acerco a la ventana, mientras la lluvia ciega los cristales, trato de mirar hacia fuera y poner en orden mis ideas. Vuelvo a la cama, dejo mis pensamientos y miro al hombre que duerme plácidamente a mi lado. Me acurruco entre sus brazos. ¿Cuánto durará? No puedo pensar…ni quiero. Sólo es importante hoy…y ahora. Debo disfrutar este momento de felicidad que me brinda la vida…

miércoles, 5 de enero de 2011

ENCONTRÉ MI CAMINO por TOLO BINDER




El humo del cigarrillo dibuja extraños arabescos. Mi cabeza da vuelta como una calesita sin freno, te veo en cada objeto que me rodea y siento una congoja que me destroza. Por un instante dejo mis pensamientos y miro por la ventana hacia la nada. Mientras la lluvia ciega los cristales recuerdo lo nuestro, vivíamos una relación por momentos tierna, por momentos explosiva pero sincera. Hacíamos el amor como potros desenfrenados sin límite y sin barreras, nos entregábamos el uno al otro con la pasión del que quiere y desea. Pese a nuestros distintos caracteres, creíamos ser una pareja feliz y estable. Pero un día, siempre hay un día, me esperabas al llegar yo del trabajo, y sin darme tiempo a nada comenzaste a inundar la habitación con un torrente de palabras. –Recién hoy logré –dijiste –tomar valor y voy a ser sincera, Julián no te quiero mas y me voy a vivir con Ezequiel, mi supervisor, con quien me siento segura, protegida y querida.—Ante mi cara de asombro seguiste –fue la vez que hicimos un horario extraordinario, la cercanía nos despertó sentimientos quizá dormidos, fue en ese momento, cuando comprendimos que nuestro destino era vivir uno junto al otro. -Quise advertirte pero pensé que, si demuestras tan poco interés por mis palabras, será porque tampoco tienes interés en mi. Y hoy ya es tarde para todo, no hay caminos, para que juntos sigamos en este laberinto sin fin que es la vida. -Y sin más diste media vuelta y te marchaste. Han pasado pocos meses y al cruzarme con Uds. por la calle no puedo soportar el terrible dolor que me causa el pensar que otro hombre hoy recorre los rincones de tu amado cuerpo y goza con el dulce sabor de tu piel, que debería seguir siendo mío. Ahora comprendo que estoy muy cansado de vivir sin tenerte, y creo que este frasco de pastillas será la mejor manera de llegar a una eternidad feliz con tu recuerdo.

martes, 4 de enero de 2011

DOLOROSAS VERDADES por GLADYS GOLDSZTEYN


De pronto percibí aburrimiento reflejado en su rostro.

Me pregunté ¿por qué el matrimonio se convierte en rutina?... ¿Y el sexo pasa a ser un ingrediente desabrido, que solo busca descargar tensiones?...

-Dejémoslo por hoy-.- Si demuestras tan poco interés, ¡basta!-

-Ahora comprendo que estoy muy cansado de tu indiferencia-, me dijo.

Nos dimos vuelta de espaldas, y nos dormimos rápidamente para no pensar. La vida sigue en nuestro hogar como por costumbre, por inercia, yo diría. En eso saco cuentas de que no quiero hacerme cargo de mi realidad; eso sería reconocer de que hemos fracasado, y eso nunca lo querré admitir…

Recién hoy logré esclarecerme y decidí hablar: Fue en ese momento, cuando comprendimos nuestra falta de amor. Todo se desvaneció en estos años de convivencia. Y aceptamos nuestro empecinamiento cobarde, por seguir manteniendo esta unión inútil y desdichada. ¿Qué cosas nos atan?: Miedos al futuro, a los cambios, a comenzar de nuevo, y el egoísmo de no querer soltar al otro, y que siga su camino. Dejo mis pensamientos y miro tus ojos. No me atrevo, soy una cobarde y egoísta, sé que no me amas y que yo tampoco. Pero no quiero quedarme sola. Me escucho decirte ¡nos queremos! Y me miento y nos mentimos, sufrimos en silencio, por no asumir derrotas. Mientras la lluvia ciega los cristales que envuelven el alma.

lunes, 3 de enero de 2011

AMOR TORMENTOSO por LILIANA OSTROVSKY




Mientras la lluvia ciega los cristales, me acomodo lentamente en mi sillón. Adentro el ambiente es cálido, el fuego va quemando los leños, es un lugar confortable.

Necesito descansar, no siempre puedo. Dejo mis pensamientos y miro alrededor. Ahí, está mi escritorio donde algunas veces le escribí esas cartas de amor, la biblioteca con sus libros donde busqué poemas para dedicarle, o me inspiré para crear algunos yo mismo, la alfombra verde, suave, aterciopelada por la cual caminé muchas madrugadas. En fin, éste lugar tan mío.

Recién hoy logré empezar a despojarme un poco de ese pasado tormentoso, de esa relación que no nos hacía bien a ninguno de los dos, pero que no podíamos cortar, de esas idas y venidas que nos causaron tanto dolor, de nuestros diálogos ásperos y agresivos, de nuestras caricias. Trato de olvidar, pero vuelve a mi memoria aquella tarde cuando llegó tan hermosa, con su pelo sobre los hombros y el chall abrazándola. Pero al rato, ya estábamos discutiendo, ella reclamando:”si demuestras tan poco interés por seguir juntos,” y yo ahogándome para contenerme de contestarle que no se trataba de eso, sino que no podía contarle que había recibido el diagnóstico de mi enfermedad terminal y no quería condenarla al sacrificio.

Fue en ese momento cuando comprendimos que tal vez empezaba la caída, que el desgaste era cada vez mayor. Nos alejamos, volvimos una y otra vez, nos buscamos, todavía nos quedaba la pasión, nos despedimos, nos reecontramos, sí, nos hicimos mucho daño. Hasta que, finalmente, se fue un día y no nos vimos más. Todo fue quedando en el recuerdo.

Mi enfermedad avanza. Ahora comprendo que estoy muy cansado de esta vida ingrata, de sinsabores y amarguras, que ya no tengo ganas de nada. Sólo me resta esperar.

domingo, 2 de enero de 2011

GOTAS DE AMOR por GABY SZUSTER




Me levanté temprano. Prendí la cafetera y me fui a duchar. Cuando terminé de bañarme el aroma del

café recién hecho me mejoró un poco el humor. Llueve. No dan ganas de salir. Pero que va…, no tengo otra. Dejo mis pensamientos y miro por la ventana. Mientras la lluvia ciega los cristales mi mente deambula, pensándote.

Recién hoy logré dormir toda la noche sin llorar abrazado a la almohada. El agotamiento venció la batalla. Te extraño.

Me obligué a salir de casa. En el auto, camino al trabajo retazos de nuestra última conversación me aguijonean el alma. "Egoísta", "sos una caprichosa", "es mejor separarnos" "si demuestras tan poco interés por mis cosas"… Basta. Ahora comprendo que estoy muy cansado de estas discusiones que no conducen a nada.

Llego al trabajo y te veo. Hermosa como siempre, mi corazón se saltea un latido literalmente cuando tus ojos me encuentran. Te amo. Te amo. Nos dijimos sin palabras. No eran necesarias. Fue en ese momento cuando comprendimos que ya nada ni nadie podrían separarnos.

sábado, 1 de enero de 2011

CONTRA VIENTO Y MAREA por SHULA DAICH


Cerró la puerta tras de sí, tembloroso. Salió a la calle. La lluvia caía sobre su cara, pero no trató de

resguardarse. Le ayudaba a pensar.

Ésta última sesión con su psiquiatra, fue muy dolorosa, pero también sensata. Sentía como si un gran peso se le caía de encima. Le dio la pauta, que su forma de pensar, no era la correcta. Su ámbito le exigía un comportamiento totalmente opuesto a su ser, a sus sentimientos, a su manera de opinar, a su verdadero yo...

Comenzaba para él una nueva guerra, quizás mas dura que la anterior, llena de enfrentamientos contra principios arraigados en una sociedad ciega y sorda, donde todo está encajonado en estereotipos, adjuntos a preceptos remarcados y catalogados por sectas y por clases. Por prejuicios contradictorios a lógicas y entendimientos...

Pero esta nueva guerra, difícil como fuera que sea, lo liberaría de sus sentimientos de culpa.

Respiró hondo, y con pasos fijos y decididos, dirigió su andar a lo de su amado.

Golpeó a su puerta y al verlo, lanzó sus brazos y se besaron apasionadamente.

Contra viento y marea, gritará de ahora en adelante: ¡soy feliz!