jueves, 7 de julio de 2011

DIME PORQUE... por TOLO BINDER

Los árboles centenarios que rodeaban la glorieta del parque, abrazaban a Laura con su sombra protectora.
Casi dos meses ya que había elegido ese lugar para pasar largas horas en solitario.
Su madre la acompañaba de camino a la casa en que trabajaba, le dejaba su pequeña mesa plegable y ella en el banco habitual, buscaba la paz que se empeñaba en esquivarla.
Lentamente abría su libro y buscaba la página deseada, una ceremonia que no por repetida la libraba del temblor de todo su cuerpo.
Mientras la ejecutaba reconocía los olores, los ruidos y las vibraciones de su entorno.
Seguramente un observador distraído, creería ver en ella a una agradable jovencita que con un libro abierto en su mesa, no prestaba atención al mismo.
La dolorosa realidad de Laura era que con su mirada perdida en la nada, recorría con sus pequeños y frágiles dedos una y otra vez (así cientos de veces) la pequeña esquela pegada por ella, en la contratapa de su libro favorito, en la que Marcos sin explicaciones le decía adiós definitivamente.

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