martes, 9 de agosto de 2011

¿REALIDAD O ILUSIÓN? por SARA RAWICZ

Esa noche era como cualquiera. Me invitaste a escuchar a tus amigos tocar en un bar perdido en Palermo, recuerdo que el garito era el típico bar de esquina de barrio, sucio, desvencijado, con sus muebles color café desgastados, acusando los años de recibir parroquianos, denotando su historia de ayeres con ritmo de dos por cuatro.
Los sonidos despertaron imágenes y éstas la nostalgia; dejé que la música penetrara en mí y me envolviera con su embrujo.
Cuando el morocho de pelo engominado parado junto a la barra, campaneando el ambiente, me hizo una seña con la cabeza, sin titubear asentí. Con brazo firme rodeó mi cintura; sentí que su mano me guiaba en cortes y quebradas, me dejé llevar, la música ponía alas en mis pies. No hubo palabras; la cadencia de la danza era nuestro lenguaje.

Muchas veces volví al bar; no lo encontré; nadie lo conocía, jamás lo habían visto.

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