Me dirijo a tí, porque eres el único que no me reprochará o dará sermones largos y aburridos, como lo hacen en la iglesia. Además sé, que como la almohada, que está empapada en lágrimas, me escucharas en silencio… Quizás la providencia y el azar, nos enfrentó. No lo recuerdo exactamente cuándo pero que fue un chispazo inevitable, de eso estoy segura. Nos enamoramos locamente. Así lo creí. Los dos sabíamos que era un amor imposible, razón, que nos aferró el uno al otro. Estábamos posesionados, locos, nos buscábamos con las miradas. Aprovechábamos los más mínimos segundos para estar juntos, tocarnos, besarnos, amarnos... Por él, mentí, robé, abandoné a mis hijos, dejé a mi marido, a mi hogar... Enceguecí de amor, la pasión me dominaba. Cuando comenzó a agredirme sin razón, asenté cabeza y salí del cascarón que me cegaba. Lo compredí todo...pero ya era tarde. En mis entrañas, se esta desarrollando una vida, fruto del pecado. Estoy sola, abandonada. Lo he perdido todo, hasta mi dignidad. Y eso, por un amor, que creí fue recíproco. Diario querido, sé que me escuchas, pero no puedes responderme.
Debo tomar una decisión, temo que cometeré una locura...no me juzgues mal...
2 comentarios:
esta bien, bien definido el pecado. bueno shula
gracias...
Publicar un comentario