sábado, 22 de mayo de 2010

CONFESIONES por Shula Daich

(la consigna, elaborar un relato en el cual aparezcan al menos dos pecados capitales)







Querido Diario:
Me dirijo a tí, porque eres el único que no me reprochará o dará sermones largos y aburridos, como lo hacen en la iglesia. Además  sé,  que como la almohada,  que está empapada en lágrimas, me escucharas en silencio… Quizás  la providencia y el azar, nos enfrentó. No lo recuerdo exactamente cuándo pero que fue un chispazo inevitable, de eso estoy segura. Nos  enamoramos locamente.  Así lo creí. Los dos sabíamos que era un amor imposible, razón,  que  nos aferró el uno  al otro.  Estábamos posesionados, locos, nos buscábamos con las miradas. Aprovechábamos los más mínimos segundos para  estar juntos, tocarnos, besarnos, amarnos... Por él, mentí, robé, abandoné a  mis hijos, dejé  a mi marido, a mi hogar... Enceguecí de amor, la pasión me dominaba. Cuando comenzó a agredirme sin razón, asenté cabeza y salí del cascarón que  me cegaba. Lo compredí todo...pero ya era tarde.  En mis entrañas, se esta desarrollando una vida,  fruto del pecado.  Estoy sola, abandonada. Lo he perdido todo, hasta mi dignidad.  Y eso, por un amor, que  creí  fue recíproco. Diario querido, sé que me escuchas, pero no puedes responderme.
Debo tomar una decisión, temo que cometeré una locura...no me juzgues mal...

2 comentarios:

A.R.N. dijo...

esta bien, bien definido el pecado. bueno shula

shula dijo...

gracias...