jueves, 27 de mayo de 2010

EL REVÉS DEL AMOR por Gladys Goldszteyn

(la consigna, incorporar en un relato el siguiente micro cuento: Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas)




No quería recordar pero su memoria le jugó una mala pasada. 

Su ex esposa lloraba, sus hijos duramente le retiraron el titulo de padre; mientras se alejaba de la que fue su casa durante tantos años tan sólo con una maleta en la mano…” 

Tapando la máquina de escribir, a su vez apagó el último cigarrillo de la noche. 
El  cenicero plateado, testigo mudo rebosante de colillas y de ideas flotando en el humo, guardaba entre las cenizas la gran inspiración que lo movía. 
En los últimos diez años cambió todo a su alrededor conociendo a pleno la felicidad. Se sentía dichoso, y lo expresaba a los cuatro vientos. Ni siquiera la diferencia de edad que existía entre los dos le planteaba alguna duda. Se sabía un hombre fuerte y muy guapo. 
Pocos días después ella cumplía cuarenta años. Fueron a cenar al mejor restaurante, chocaron las copas. Volvieron, tomaron café en la casa, se besaron y abrazaron nuevamente. El le susurraba cuanto la amaba acariciándola toda.  Sus cuerpos se atrajeron, hicieron el amor hasta quedar exhaustos. É
l podía enloquecer de amor por  ella sabía del hilo delgado que existe entre la locura y la cordura cuando se ama demasiado. Su mayor placer era escribir para su ninfa, motivo de su vida, dueña de su musa y de su corazón. Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas. En la que decía tan solo una palabra. Perdóname. 




2 comentarios:

Mosaicos (Taller de Escritura) dijo...

Excelente comienzo. Interesante juego de ficción y realidad.

David dijo...

Como suele suceder en la vida misma...