viernes, 28 de mayo de 2010

LA DECISIÓN por Shoshana Zaltzman


Me voy a suicidar, todavía no estoy del todo segura como hacerlo, pero debo llegar a una decisión, cuando lo haga me sentiré mejor, más aliviada, más tranquila. Por ahora, todas las mañanas llego a la oficina, me siento, enciendo la lámpara, abro el portafolios y antes de empezar la tarea diaria, escribo en una larga carta donde, desde hace seis años, explico minuciosamente las razones de mi suicidio.
Lo peor de todo es que no me decido como hacerlo. En el cajón, en la oficina guardé el cianuro, compré un revolver con seis balas, (me parece suficiente). Averigüé los horarios del tren, pero el desparramo de las vísceras por todos lados me parece realmente asqueroso. Anduve mirando el hotel más alto de la ciudad, pero el mirador está casi siempre cerrado con llave, ¡dicen que algún loco puede programar un suicidio! Paso el tiempo tan ocupada con el asunto que ya se me van los días, los meses, los años y yo sin decidirme.
Estoy tan metida en la cosa ésta que ni me duelen los golpes que me da mi marido cada vez que la comida no le gusta, no me importa de las humillaciones a las que me somete mi papá siempre que lo voy a ver al geriátrico, al jefe y su constante acoso me lo paso por  el culo y la tarea de la casa: la comida, la limpieza, la ropa,  atender a los cuatro chicos, las compras, ni siquiera me molestan, lo único que realmente deseo es decidir de una vez por todas cómo suicidarme.

3 comentarios:

A.R.N. dijo...

rara escala de prioridades tiene...

Gabriela Szuster (Gamyr) dijo...

Pobre mujer... que vida de mierda le toco. Le pasa de todo...

David dijo...

Me parece un buen intento de contar ciertas desdichas que pueden hacer pensar en la muerte. Pero creo que, en el fondo, la protagonista no se suicida porque más que la muerte, está buscando una solución que todavía no encontró.