sábado, 22 de mayo de 2010

REUNION DE FAMILIA por Luis Goren

(la consigna, elaborar un relato en el cual aparezcan por lo menos dos pecados capitales)




Estaban todos reunidos  alrededor de la mesa familiar. No faltó ninguno a la convocatoria, pues el Abuelo los había citado para anunciarles el destino de la cuantiosa herencia que se repartirían si como se suponia, el Abuelo estaba mas cerca del  arpa que de la guitarra; claro, eso no se comentaba, ni siquiera para sí mismo. Cada uno lo pensaba, nada más.
La sorpresa mayor, fué encontrar al Abuelo, sano y fuerte como un roble, y no fué menor la sorpresa, de enterarse que el Viejo vivía completamente solo, pues a medida que murieron los antiguos  servidores, no los reemplazó; lógicamente se tuvieron que preparar solos "algo para tomar", utilizando lo poco que encontraron en la cocina.Por todos lados se notaban signos de abandono, de falta total de ganas de hacer algo para que la vieja casona no se viniera abajo. Pero eso no importaba. Ninguno de los  convocados estaba alli para admirar la belleza de la casa, sino para saber a cuanto ascendía la fortuna que había  atesorado el Abuelo. Eran cinco los reunidos.
Juan el mayor: hombre gordo en demasía, vivía para comer, y se pasaba la vida investigando los mejore lugares del mundo; era capaz de viajar por veinticuatro horas para ir a comer a un lugar en Canadá que le habían recomendado.  Y para eso necesitaba mucho dinero.
Roberto le seguía: hombre de apariencia normal, pero que vivía de pleito en pleito porque era tremendamente susceptible, y como casi siempre lo encontraban culpable, necesitaba de mucho dinero para pagar las costas y demás.
Ignacio y señora: los dos cortados por la misma tijera. Vivían mirando a los demás y tratando siempre de superarlos en todo. Era un caso patológico y para mantener ese tren, hacía falta mucho pero mucho dinero.
Heriberto (Se hacía llamar Señor Jorge): pagado de sí mismo, siempre impecablemente vestido a la última moda, con un coche último modelo, y todos los chiches imaginables, para demostrar que era "alguien". Necesitaba toneladas de dinero.
María (pero decime Meri): mujer mediocre en todo sentido, que se desvivía por los hombres aunque a  estos solamente les interesaba el dinero que podían sacarle. Y como ella tenía un hambre de hombres insaciable, necesitaba todo el dinero que pudiera conseguir
Y así estaban, esperando al Abuelo que atesoró su fortuna ahorrando, hasta el extremo de no comer un huevo por no tirar la cáscara y que pasaba las horas sin hacer nada, aunque a su alrededor  todo se derrumbaba. Que situación señores, que situación.                                   

3 comentarios:

A.R.N. dijo...

nunca comio huevos???

shula dijo...

me parece que si, pero podridos... todavia se siente el olor

La guita ...tambien lo esta

Luis, segui escribiendo como lo haces , que me gusta mucho.Tu forma de analizar a la sociedad en la que vivimos, es muy logica y justa,tambien muy real aunque a veces triste.¡ ojala cambie alguna vez !

David dijo...

Digámoslo así: "Cria cuervos...", no?