jueves, 1 de marzo de 2012

Amores lujuriosos por Shula Daich

Se fue quitando sus aros, y los colocó en su cajita, el vestido lo dasabrochó con lentitud, casi titubeando, se había desembarazado de su corsé... pero las marcas de cada una de las ballenas aún permanecían lívidas en su carne. Se sentó para desenrrollar hacia abajo las medias de nylon. Tuvo verguenza de quitarse las bragas. Se colocó delante del espejo y se miró. Una vez más se dijo a sí misma que no necesitaba envidiarle el aspecto a ninguna mujer. Sus pechos no eran grandes, pero se mantenían orgullosamente firmes. Su piel blanca, como la leche , era suave, su figura se reducía delicadamente en el talle, delinendo sus caderas  y piernas , de una manera tal, que un escultor , la vería perfecta. Se sentía feliz al ver su figura esbelta.
Sabía que a su marido le gustaba, y eso la hacía mas feliz aún.
Tomó uno de esos frasquitos de perfume que había en su tocador, y entrecerrando los ojos se tocó con el tapón el lóbulo de la oreja.
Se preparaba para una noche de amor intensa. Su madre le explicó una vez, que las mujeres concebían a causa de su naturaleza lasciva, y que su fertilidad era un producto del placer que ofrecían a sus esposos. Nunca entendió exactamente a qué se refería, pero entre el pudor y la obligación de mujer casada , trató de cumplir con su deber.
Su hombre se estaba duchando. Cuando escuchó que el agua dejó de correr , su corazón comenzó a palpitar. No podía echarse atrás. Cerró sus ojos para no ver su mirada del león que va a atrapar a  su presa. Aunque el sexo con él le gustaba, odiaba el sentirse un objeto sexual.  No tenía la experiencia de otras mujeres que conocían bien a los hombres. A veces le parecía un poco torpe con ella. Pero le avergonzaba decírselo.
Deseaba de todo corazón, poder engendrarle un hijo, darle una criatura concebida con amor, pero su miedo y su falta de conocimiento, la hacían entrar en un mundo de fantasía, un poco infantil.
La tomó en sus brazos, la besó con intensidad, la desnudó totalmente y la llevó a la cama. Temblorosa le pidió disculpas , quería entrar al baño por un mometo...y...al volver... lo encontró dormido.
Mañana será otro día...

1 comentario:

Gaby dijo...

Descripciones precisas, nos permiten ver claramente a la mujer de tu historia.