martes, 8 de mayo de 2012

Una falta - Luis Goren


          Dificil la vida para una criatura humana, cuando carga con una tara, ignorada cuando  la circunstancia inicial (su mamá lo parió), y, aguantada con bronca, toda la vida. Así lo ocurrido a Romualdo, cuando pudo comprobar, la causa por la cual, lo bautizaron con tal patronímico.
          No configuraba un mal tipo,  y  como  todos adivinan, la falta, (no tan fatal); incluso Romualdo no la conoció hasta mayorcito, y  principió su   hablar; dicha falta produciría montañas de broncas, por la cargada continua con la cual  luchaba. Solía murmurar: " sufro  la  falta, la asumo; y los tontitos: ¿no miran su  absoluta falta de sabiduría?
           Romualdo tomó un  camino: la vindicta;  invirtió todas las    horas que pudo buscando dos vocablos, sin  la fatídica cursiva, para unirlos significando un gordo  insulto. Un día  lo consiguió, salió  con cara de gato  almorzando    canario. Cuando lo cargaron, como ocurría a diario,  gritó como nunca, nunca había soñado gritar: ANIMAL BOLUDO. No lo cargaron mas.

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