Dificil la vida para una criatura
humana, cuando carga con una tara, ignorada cuando la circunstancia inicial (su mamá lo parió),
y, aguantada con bronca, toda la vida. Así lo ocurrido a Romualdo, cuando pudo
comprobar, la causa por la cual, lo bautizaron con tal patronímico.
No configuraba un mal tipo, y como
todos adivinan, la falta, (no tan fatal); incluso Romualdo no la conoció
hasta mayorcito, y principió su hablar;
dicha falta produciría montañas de broncas, por la cargada continua con la cual
luchaba. Solía murmurar: " sufro la falta,
la asumo; y los tontitos: ¿no miran su
absoluta falta de sabiduría?
Romualdo tomó un camino: la vindicta; invirtió todas las horas
que pudo buscando dos vocablos, sin la
fatídica cursiva, para unirlos significando un gordo insulto. Un día lo consiguió, salió con cara de gato almorzando
canario. Cuando lo cargaron,
como ocurría a diario, gritó como nunca,
nunca había soñado gritar: ANIMAL BOLUDO. No lo cargaron mas.
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