lunes, 30 de agosto de 2010

¡QUIERO VOLVER! por Shula Daich

Era una bolita feliz. Tenía  compañeritas, que como yo, jugábamos en unas galerías llamadas "Trompas de Falopio”. Un día, sin aviso previo, un torrente de semen casi nos ahoga. Comenzamos a correr, pero un bichito raro, con cabeza y cola, me alcanzó, me dijo cosas lindas que me gustaron,  el astuto me hizo cosquillitas que me hicieron reír mucho. Sin darme cuenta, el sinvergüenza, entró en mí. Reaccioné tarde...
Entonces comenzaron los problemas. Cada día me transformaba en algo diferente. De una simple bolita, u "ovuli", como me llamaban mis amigas, tomé un aspecto raro: al principio parecía un pez, luego, un trozo de carne , con ojos grandes, del que comenzaron a salir extremidades...Y para colmo, descubrí que estoy en una bolsa llena de líquido , donde me la pasaba nadando sin cesar. ¿Qué me pasó? No lo sé...Sin avisarme, sin preguntarme...Estuve mucho tiempo allí dentro, no llevé la cuenta.
Un día decidí que ya era suficiente.
¡Déjenme salir! grité, comencé a patalear, a pegar, di más de mil vueltas, para que me escuchen...En un momento, comenzaron las aguas a bajar, pero yo no salía.... Alguien se apiadó de mí, sentí que me empujaban...pero... ¿cómo salgo? ¡La abertura es muy estrecha!! Entendí que si no me esmeraba y trataba, me quedaría adentro para toda la vida...empecé a esforzarme, era difícil, cada vez más, y más, creo que vi unos dedos entrar...pero salieron en seguida.
¡Al fin lo logré! La sangre me subió a la cabeza. Si la abertura no hubiese sido elástica... Pero, ¿qué pasa? Unas tijeras enormes cortaron el cordón que salía de mi panza, y... ¿porqué me pegan? ¡Yo no les hice nada!  Comencé a llorar fuerte, más fuerte cada vez...me pusieron bajo un grifo de agua fría, qué fría...luego sobre una balanza, más fría todavía...
Me envolvieron con trapos, y no me dejaron mover, ni brazos ni piernas.
No sé exactamente a dónde fui a parar, lo que sé, es que pedí a gritos: "¡Quiero volver!

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