sábado, 20 de noviembre de 2010

UN LOCO AMOR por TOLO BINDER

Te quiero Rodolfo, vos lo sabes. No podría vivir un instante sin vos. Te quiero y te comprendo, tus reacciones son el fruto de mi forma de ser. Yo te juro que fui a esa oficina obligada por Carmen, pero apenas entramos me di media vuelta y me fui, no hable con nadie: y te prometo no volver a dirigirle la palabra a quien se dice mi amiga y me induce a cometer errores que empañan nuestra relación. Lo sé, vos tenés una forma de pensar y yo me tengo que adaptar a ella si es que quiero que nuestra unión sea larga y feliz.      Todavía me acuerdo hoy de ese día, hace ya tres años, convivíamos desde muy poco tiempo atrás, y a mi se me ocurrió la idea después de la oficina de ir a tomar un café y a charlar un rato con las chicas; tu enojo y las cachetadas que me diste seguramente me las tengo merecidas. Fue una costumbre que fue creciendo con el paso del tiempo, y luego de cada ocasión, en la soledad de la pieza en que me refugiaba hasta que se te pasara el enojo me juraba no volver a molestarte, pero no pasaban muchas semanas y yo volvía a hacer algo que no correspondía, y vos a darme mi merecido. Hoy en el silencio de la terapia intensiva, en los pocos minutos de lucidez que tengo, me juro y te juro por mi vida que cuando salga voy a cambiar de verdad, para que vos no tengas nada de que avergonzarte.  ¡Pero gordo querido que manos fuertes tenés!
                 Alicia ___ “

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