miércoles, 10 de noviembre de 2010

SOBREVIVIRE por TOLO BINDER

“Soy un libro. No crean, como dicen algunas personas de ellas mismas, que soy un libro abierto. No. Soy un libro en el mas estricto sentido de la palabra y muchas horas de mi vida las he pasado cerrado”.                                               
Y no me duele.
Siento que así, sin miradas extrañas puedo ver y reveer, pensar y repensar, total tengo bastante tiempo para mí, mis doscientas sesenta y cuatro páginas, escritas en tahoma once. Y por ejemplo si el último que me abrió me trató bruscamente, voy a la ciento noventa y nueve, donde Silvia y Julián tienen para ellos solos un capítulo (el decimocuarto) y atraviesan ocho páginas llenas de un amor juvenil, sincero y sin ataduras que me hace olvidar el mal momento pasado.
Pero no se crean que todo mi interior es un deslizarse suavemente sobre un mar de amor, no. Sin ir mas lejos en la seis, luego de las presentaciones, agradecimientos y nombre de todos los que ayudaron a mi papá, (ufa…) empezamos con el relato de las desventuras de Clara, mujer de mediana edad, que saca de su casa a empellones a Gustavo, por la actitud tomada por éste.                                                                                                         Tengo en mi interior, eso si, tres capítulos (diez, once y doce) muy agradables, llenos de gracia y humor, donde Hugo, Paco y Luisito, hacen gozar al lector con sus travesuras juveniles en todo lugar que se hallen, escuela, club, academia de tiro, etc.
No hay duda, sin falsa modestia, que soy un libro de lo más entretenido, casi periodístico, ya que retrato de una manera clara y viva la realidad de las personas, y aunque me desarrollo en Tel Aviv soy de aplicación universal.
Y al fín…creo que si, me duele estar tanto tiempo cerrado. Recuerdo cuando aún estaba tibio y con la tinta húmeda, recién salido a la vida, soñaba con viajar y ser tomado, acariciado y leído en todos los idiomas. Pero la realidad de la crisis ha hecho que después de los cincuenta primeros ejemplares, de tapa dura y papel encerado, hoy estoy convertido en un libro de tapas blandas, y de un tibio color solo en las tapas. Pero no importa, estoy seguro que, gracias a los buscadores de libros en librerías de viejo y debido a la gran cantidad de bibliotecas públicas, comunales e institucionales, mi lomo orgulloso asomara en los anaqueles por mucho tiempo más.

2 comentarios:

Gabriela Szuster (Gamyr) dijo...

Que lastima que un libro tan interesante y entretenido permanezca cerrado.
Muy buen relato, original.

Mosaicos (Taller de Escritura) dijo...

lastima que los libros permanezcan cerrados habiendo tanto que disfrutar en ellos, gracias por pasar gamyr