jueves, 18 de marzo de 2010

JUAN SUMERGIDO EN SU SUEÑO, por Adriana Iriarte

(la consigna, comenzar un relato con un párrafo predeterminado, en este caso, Juan soñó que moría bajo las ruedas de un tren...)




Juan soñó que moría bajo las ruedas de un tren. Abrió un ojo y no vio nada. Abrió el otro y
vio las vías 





Era una terrible pesadilla de la cual no se podìa despertar fàcilmente.  Espantosamente desesperante, agonizante, no había nada más horrible que aquello. Al reaccionar sintió su cuerpo adolorido, extraño, ahogante; igual pasaba con su cabeza.  No comprendía que estaba sucediendo y se interrogaba una y otra vez abismado: -¿Por què percibo todo por separado?  ¿Qué está sucediéndome?, ¿Por què hay una sombra oscura en el medio de mis ojos que no me permiten ver el todo en uniòn?, ¿Es que me estoy volviendo loco?
De pronto un grito desgarrador sale de su garganta.
-¡Ahhhhhhhhh!- Se dio cuenta que su cuerpo se encontraba dividido en dos, exactamente por el eje de simetría desde su rostro hasta sus partes genitales. El pobre Juan estaba experimentando lo mas escalofriante de su vida, un horror espeluznante!  E interroga exclamando: -¡Qué esto mi Dios!  -Las ruedas de un tren con miles de toneladas y su inmensa furia habìan partido su cuerpo en partes exactamente iguales. Sin más, hizo el esfuerzo por levantarse muy a pesar de su dolor.  Corrió desesperado sin rumbo fijo para un lado y para el otro, como pudo, màs bien saltando, porque contaba con una sola pierna en cada lado de su torso.  No tuvo la reacción de ir a una sola dirección debido a que su cerebro estaba también fraccionado en dos mitades,  y cada parte de su cuerpo obedecia dependiendo del hesmiferio en el que se encontraba, derecho o izquierdo.  Miles de alaridos escapaban de su garganta pidiendo auxilio, pero nadie salìa en su ayuda, dado que en ese sueño, estaba en un paradero solitario.  Era tan horrible el caos,  confusión y exasperación que presentaba Juan por el dolor y a la vez por mirar todo a su alrededor de una forma y de otra sin definición.  Estaba percibiendo la sensación de dos fotografías que no lograban unirse, como especie de foto montaje, porque sus ojos estaban en diferentes partes y mirando cosas distintas.  Era tan real aquella pesadilla. Su alma se sintió confusa, perdida y sin esperanza. Sin embargo, no lograba comprender el porquè de seguirse moviendo y exclamaba e interrogaba nuevamente al  Todo Poderodoso: ¡Dios si estoy muerto!, ¿por què sigo como vivo experimentando este horror?  ¡Dios, Dios, Dios, Dios  mìooooo!
Sùbitamente, sintiò un dolor màs grande al que ya sentìa a lo largo de  ambas partes del cuerpo, y la forma de percibir las cosas en imagen como de fotografìas en diferentes òpticas, se unieron oscurecièndolo todo; y cerrando sus ojos fuertemente imaginò que habìa llegado su final, pensando: -¡Mira que venir a morir de esta manera tan horrible!  –Su corazòn latìa aceleradamente.   Al abrir nuevamente sus ojos seguìa viendo todo oscuro y el malestar de dolor lo seguìa perturbando, no podìa moverse, parpadeò y quizo mover su cabeza, pero tampoco pudo; cuando lo intentò hacer nuevamente descubrió que tenìa un peso encima.  ¡Mayor sorpresa! y despuès de: ¡tanta agonìa!, ¡tanto delirio!, ¡tanto horror!  Era la gorda de su mujer de casi 90 kilos que dormìa encima suyo, quien ademàs, le habìa aplastado la cara con su tosco brazo, haciéndole casi perder la respiraciòn, el movimiento por lo adormecido de su cuerpo y tener una pesadilla dentro de otra pesadilla.

5 comentarios:

daniel dijo...

Muy buen debut

Anónimo dijo...

ami... que éxito...comiquisimo!!!

Anónimo dijo...

esta muy bueno me gusto esta genial el finalª_- j a r e d

Anónimo dijo...

esta bueno el cuento señora Adriana

Anónimo dijo...

Gracias a todos.